Hablemos de IoT

IoT (Internet of Things) o el Internet de las Cosas es como la industria llamó a la interconexión de cosas que no estaban conectadas. Antes interconectábamos servidores y computadoras, luego dispositivos móviles y ahora, todo lo que se nos ocurra. Vacas, luces, maquinaria, mascotas, autos, cerraduras, sensores, etcétera. Son el tipo de cosas conectadas en un proyecto de IoT.

IPv6 con sus 128 bits de alguna manera pronosticaba el futuro del internet y nuestra necesidad de conectar todo lo que nos rodea. Sin embargo no todo estaba listo para tan considerable fin. Evaluemos algunos de los desafíos de IoT:

Conexión física

Aunque existen proyectos de IoT sobre conexiones cableadas lo regular es procurar una conexión inalámbrica. Hace varios años que estamos acostumbrados a redes inalámbricas, infrarrojo, WiFi, Bluetooth, WiFi industrial son algunos ejemplos, sin embargo, la mayoría de estas tecnologías tienen un problema en común: la eficiencia energética.

Eficiencia energética

Hablamos de conectar lo que no estaba conectado, un sensor minúsculo, una etiqueta, una llave o una cerradura, por ejemplo con WiFi o bluetooth las baterías serían probablemente más grandes que que la “cosa” a conectar. Ya que para WiFi o Bluetooth la eficiencia energética no es necesariamente su prioridad sino la velocidad de transferencia y grandes volúmenes de tráfico. Para ello se desarrollaron protocolos de interconexión con la eficiencia energética como premisa. El siguiente desafío es la cobertura geográfica.

Cobertura geográfica

Debemos considerar que las cosas a conectar pueden ser en escalas de cientos, miles o millones. Coberturas de 10 metros por repetidor parece ser insuficiente o por lo menos poco eficiente. Los nuevos protocolos IoT tienen rangos de cobertura de 1 a 10 kilómetros. Hasta ahora suena bien ¿no? Esta gran cobertura y eficiencia energética traen consigo desventajas como la comunicación en tiempo real o el ancho de banda.

Comunicación en tiempo real

Los protocolos referentes IoT tienen en común que están diseñados para conexiones espaciadas o periódicas que pueden ser segundos, minutos u horas de acuerdo a su aplicación. La comunicación en tiempo real que requiere por ejemplo un auto con conducción autónoma para la toma de decisiones requiere de otros protocolos que discutiremos en siguientes párrafos.

Ocurre algo similar con los anchos de banda, los primeros protocolos IoT usan kilobits, como cómo máximo megabits.

Abro debate: ¿entonces 5G es la solución mágica para IoT?

Los protocolos referentes de IoT como LoRaWAN o SigFox comparten cosas en común como la cobertura y eficiencia energética, y desventajas como comunicación periódica y poco ancho de banda. Aunque 5G tampoco es la solución a todos los desafíos de IoT ya que adolece en menor medida de los mismos problemas que WiFi o LTE. Empeora en términos de cobertura pero mejora en cantidad dispositivos conectados, conexión en tiempo real y ancho de banda.

¿5G, LoRaWAN o SigFox pueden convivir?

Depende de la aplicación, si la aplicación requiere información en tiempo real y gran ancho de banda la respuesta será casi de facto por 5G. Si la aplicación requiere cobertura, requiere comunicación en tiempo real y duración de baterías de 3, 5 o hasta 10 años pueden ser LoRaWAN o SigFox.

La elección entre LoRa y SigFox trae variables como simplicidad en la infraestructura, las frecuencias requeridas y la independencia de proveedores.

A continuación una tabla comparativa resumen de las 3 tecnologías vistas:

Este es un artículo original del blog. Si le gustó o le parece útil, agradezco lo comparta.

Abrazo!

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